Con una atmosfera agradable tu hijo asociará el momento de la comida con algo agradable y entretenido. Con el tiempo disfrutará cada vez más de este momento.
Tu hijo seguramente querrá repetir, así que estimularás su amor por tu comida. No lo fuerces a comer más de lo que quiere.
El sueño suele interferir en el apetito, por eso aliméntalo cuando su energía esté al máximo, si no, rechazará la comida.
El juego del avión con la cuchara es una buena opción, ya que mantiene la atención en la comida. De otra manera se distraerá y preferirá jugar.
Mezclar las verduras con otros alimentos ayuda a que se familiarice con ellas, pero solo por un tiempo ya que tiene que conocer el sabor auténtico.
Ayudar en la cocina les abrirá el apetito, y ven esto como una actividad interesante. Cuando participan en todo el proceso se interesarán por el producto final.
Desde el primer año ellos aprenden con la imitación. Así que ver algo que a su familia le interesa lo anima a copiar esa conducta.
A los dos años ellos ya son capaces de probar nuevos sabores y texturas por eso varía los colores y los ingredientes para que no se aburra.
El juego del avión con la cuchara es una buena opción, ya que mantiene la atención en la comida. De otra manera se distraerá y preferirá jugar.
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